miércoles, 18 de agosto de 2010

Sonrisa de invierno

Cinco días de agosto sobre el tabernáculo,
sólidos, firmes, muertos.

Pasan las horas como hormigas bajo el hombre,
intransigentes en sus tiempos, intocables en su vuelo.

Angustioso el camino que la soledad ha elegido,
para los pastos crecientes en la cima del Olimpo.

Sumas y sumas los momentos y devenires,
pero no quedan más que rastros de aquellos que a tu lado pasaron.

Son las marcas que el agua en su tránsito a dejado,
huellas eternas de un flujo imparable.

Siguen los aires, siguen los volcanes, sigue la vida y su caprichosa consecuencia,
no busca molestar, solo entretener a dios en su quintal.

Busca, amigo, alguna orilla que te rescate,
te salve de la corriente y su caminar apresurado,
para caminar libre,
mojado, pero libre.

lunes, 9 de agosto de 2010

Mentiras sobre la verdad

Marca el paso, al frente tu camino
bruma o barro, independiente del motivo,
sigue con fuerza por sobre la incesante agonía
ni el más álgido de los placeres a tus alas se compararía.

No está en la noche la amargura,
ni en el día la alegría,
haz tu mismo tu paradigma
se filántropo de tu hidalguía.

Mastica el polvo por la mañana
y si es necesario desentraña tus mentiras,
pero no permitas que un capricho de la máquina
te transforme en otra maldita y sucia turbina.

¿Solitario u orate?
quien sabrá diferenciarlos.
Solo el ciego es estandarte
de reinos verdes de libertad.

No me mires como a un extraño
o como si mi poema fuese un hálito de maldad
solo te cuento verdades con adornos
pero verdades al final.

Haz tu mismo tu sendero,
forma tu pensamiento a cabalidad,
que es mejor ahogarte en tus palabras,
a que te violen con felicidad.