domingo, 11 de julio de 2010

(Sin) Respeto por los caidos


No basta con creer en la vida
como medio de nuestros sueños,
así como no basta comer
para saciar nuestra hambre de sentirla nuestra.

No son suficientes llantos, muertes y caídas,
para notar que en la desgracia renacen nuestros deseos de hidalguía.
Que el tiempo nos persigue con sus corsarios
intentando robarnos nuestros momentos más preciados.

Se hace poco el calor del sol
para enternecer los corazones
de millones de negocios
listos e irrefutables.

Ya se acaban las islas perdidas
las metrópolis escondidas
los personajes eternos
los shakespeares modernos.

Por eso pido un minuto de silencio
un segundo para que recordemos los instantes
las lagunas de luz que existe en estos amplios y difuntos mares
para volver a creer en las hadas y los vampiros
traer de vuelta a la vida los castillos
demostrarnos que el amor no es una ilusión contemporánea,
sino que es una moda eterna y libre de amarras.

Piensa amigo, aquellos anhelos de chico,
de barro, raspillones y helado.
Cuando 2+2 no era cuatro
sino que dos personas, con dos futuros, en un solo cuarto.


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