
Tu deja de decirme que tienes las ideas claras,
que eres mejor que el resto por tenerlas.
No eres más que la misma mezcla,
con un poco menos de comodidad
y un poco más de ilusión griega.
Ilusión de rebelión y transgresiones,
contra la verdad (mal habida) y el orden establecido.
Me aborrece el Che por lo que digo,
pero no es más que un juego de soldaditos y muñecas.
Ni tu ni yo somos capaces de una real rebelión,
de un cambio drástico y total, un nuevo paradigma de comunión.
Enseñar con el ejemplo una nueva forma, una nueva vida,
dejar atrás toda la moda y el glamour del día.
Tener las bolas para saltar al precipicio,
lleno de diablos y malditos.
Suicidar tu vida y la tuya de los que te rodean,
desaparecer del mapa, de la tierra.
Nacer como el sol de la mañana y morir con la luna,
vivir a tu modo cada segundo , sin necesidad de una cerveza y un pucho.
Al fin y al cabo ser auténtico de verdad, y no
justificar los deslices de tu propia moral.
Dejar de pintarte la cara de revolucionario y llenar
de quejas silenciosas tu inmenso armario.
Termina ya tu sueño inocente y vagabundo,
mejor libera los reales, esos sueños de niño, y vívelos
por completo, sin resquemor alguno.
No me vengas a decir que viva mi vida sin miedo,
si tu mismo tienes miedo de vivir sin el miedo que
rechazas.
Mejor no me hables y tampoco me leas , ya que estas
palabras son vanas, si no se escriben con
dolor y con la sangre de mis venas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario